La vez primera que estuve contigo
se me puso el alma tensa,
pensaba en saborear ese fruto ardiente
mientras mis manos acariciaban tu piel,
Mientras tú el cielo veías.
Ese día prometí, que mientras
el cielo no ardiera no dejaría de beber
tus dulces gotas de miel
tu amor penetro en silencio
Al interior de mi vida.
Si las estrellas hablaran, darían testimonio
de que ese día nació algo en nuestro interior
porque allí me dejaste tu esencia mas fina
en esa tarde de ensueño, convirtiendo ese momento
En una hermosa poesía.
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